El viernes 16 de octubre se realizó en el salón de actos de la facultad de Ciencias Económicas y Estadísticas de la UNR una charla bajo el título: “Ley de Servicio de Comunicación Audiovisual. ¿De qué se trata? ¿Cómo nos afecta? ¿Quienes la apoyan? ¿Quiénes se oponen?”, en la misma, organizada por el Grupo de Estudiantes Independientes (GEI), disertó el Director del ISET Nº 18 Esp. Lic. Ricardo Rambaudi y el periodista y escritor Carlos Del Frade.
La amplia convocatoria de los organizadores logró que el recinto estuviese colmado de estudiantes de Ciencias Económicas, Comunicación Social y Periodismo, como también miembros de organizaciones sociales, ONG, etc.
El primero en inaugurar la charla fue el director de nuestro instituto quien dejó en claro, como primera medida, el lugar ideológico desde el cual abordaría el tema de la ley de Servicios Audiovisuales, en este sentido, consideró que “la lucha de la humanidad es la lucha por la liberación de los pueblos”. Rambaudi sostuvo que la ley aprobada en senadores constituye un triunfo del pueblo sobre las corporaciones económicas y que se logró gracias a la movilización social generada, entre otros, por los sectores académicos, culturales y artísticos. Por otra parte, consideró que fue menos controvertido modificar la constitución Nacional que la ley de Medios y se lamentó por todos los que un primer momento apoyaron esta ley y luego por cuestiones partidarias la rechazaron.
En el marco de la tergiversación que los medios hacen con la información, el disertante explicó como los grupos concentrados del poder mediático, principalmente Clarín y Nación, se apoderaron, en la época de la dictadura, de Papel Prensa por lo que consideró que la democracia aún se debe el castigo a los civiles que participaron y se enriquecieron con el golpe de estado
A continuación, el director del ISET 18 comenzó a desarrollar los puntos en que la ley de Servicios Audiovisuales se diferencia de la ley de radiodifusión de la Dictadura donde puntualizó: el objeto de regulación, la posibilidad de ejercer la libertad de expresión como derecho humano fundamental, las diferencias en la autoridad de aplicación y la posibilidad de que el espíritu de la ley se materialice en trabajo argentino para periodistas, actores, realizadores audiovisuales, etc. Otro aspecto que destacó, es el de las características que deben tener los licenciatarios, entre los que se suman las actividades sin fines de lucros que pueden desarrollar las provincias, municipios, universidades, etc. y la posibilidad de que esto genere una multiplicidad de voces.
Por último, dijo que ésta es una verdadera ley de la democracia por la que muchos sectores populares vienen luchando desde hace muchos años y que se plasmó en el documento base conocido como los 21 puntos.
A su turno, el periodista y escritor Carlos Del Frade sostuvo que la única ley de radiodifusión en democracia fue la Nº 14241 del año 1953 (basada en la constitución de 1949) que establecía que el espacio audiovisual es propiedad inalienable del pueblo. Por otra parte, remarcó que la derogada ley se aplicó solamente 3 años en dictadura y 26 años en democracia donde se le modificaron artículos que garantizaron aún más la concentración mediática. A continuación, Del Frade dio cuenta del poder económico que concentran los medios de comunicación ubicándose entre las 200 empresas que más venden en nuestro país con cifras que pueden alcanzar una facturación, como el grupo Clarín, de $2.959 por minutos, añadió además, que cuatro grupos empresarios: Telefónica, Uno, Clarín y Telmex (canal 9) manejan el 85 % de la información en la Argentina.
Por otra parte, el expositor consideró que en nuestro país no hay libertad de prensa en los medios privados debido a que el periodista es un trabajador y como tal, no puede elegir el destino de su producción que es la información. Los que más censuran – dijo- son los empresarios privados y no el estado.
“Cuando hablamos de medios de comunicación –añadió- hablamos de poder económico concentrado en pocas manos, por eso, cuando se habla de medios no se habla de información, de cuestiones culturales o de libertad de expresión, se habla del poder real económico de la Argentina”.
A continuación, el periodista entro en consideraciones sobre la nueva ley dando cuenta de la importancia del retiro de las telefónicas, por otra parte, dijo que el Art. 24 es uno de los más progresista por que habla de conocer de donde sacan los fondos los que van a explotar las frecuencias, pero a la vez, sostuvo que su aplicación no va a ser sencilla. Consideró que otro desafío es poner en la práctica el organismo de control del cual se lamenta por que solo va a funcionar en las ciudades con más de 500.000 habitantes.
Otro aspecto considerado en la ley, es la imposibilidad de que algún funcionario de la dictadura pueda ser licenciatario, haciendo la salvedad que el artículo no es retroactivo, motivo por el cual, muchos de los actuales dueños de medios que fueron cómplices de las mismas podrán seguir explotado las licencias.
Por ultimo, dio cuenta que en ningún articulado de la ley se hace mención a la regulación de la publicidad oficial ni privada afectando – sostiene – la posibilidad de que los licenciatarios, principalmente las organizaciones sociales, puedan sostener económicamente los nuevos emprendimientos audiovisuales.
Finalizadas las exposiciones, el moderador convocó a los asistentes a iniciar una ronda de preguntas donde, si bien, comenzaron a aparecer algunos interrogantes puntuales sobre la ley, paulatinamente las preguntas apuntaron a los posicionamientos ideológicos que tuvieron las distintas fuerzas en los destinos finales de la ley. En este aspecto, el debate generó nuevas líneas de análisis donde la ley de Servicios Audiovisuales fue contextualizada en el marco de discusiones políticas, sociales y económicas que atraviesan la historia argentina de las últimas décadas.
La amplia convocatoria de los organizadores logró que el recinto estuviese colmado de estudiantes de Ciencias Económicas, Comunicación Social y Periodismo, como también miembros de organizaciones sociales, ONG, etc.
El primero en inaugurar la charla fue el director de nuestro instituto quien dejó en claro, como primera medida, el lugar ideológico desde el cual abordaría el tema de la ley de Servicios Audiovisuales, en este sentido, consideró que “la lucha de la humanidad es la lucha por la liberación de los pueblos”. Rambaudi sostuvo que la ley aprobada en senadores constituye un triunfo del pueblo sobre las corporaciones económicas y que se logró gracias a la movilización social generada, entre otros, por los sectores académicos, culturales y artísticos. Por otra parte, consideró que fue menos controvertido modificar la constitución Nacional que la ley de Medios y se lamentó por todos los que un primer momento apoyaron esta ley y luego por cuestiones partidarias la rechazaron.
En el marco de la tergiversación que los medios hacen con la información, el disertante explicó como los grupos concentrados del poder mediático, principalmente Clarín y Nación, se apoderaron, en la época de la dictadura, de Papel Prensa por lo que consideró que la democracia aún se debe el castigo a los civiles que participaron y se enriquecieron con el golpe de estado
A continuación, el director del ISET 18 comenzó a desarrollar los puntos en que la ley de Servicios Audiovisuales se diferencia de la ley de radiodifusión de la Dictadura donde puntualizó: el objeto de regulación, la posibilidad de ejercer la libertad de expresión como derecho humano fundamental, las diferencias en la autoridad de aplicación y la posibilidad de que el espíritu de la ley se materialice en trabajo argentino para periodistas, actores, realizadores audiovisuales, etc. Otro aspecto que destacó, es el de las características que deben tener los licenciatarios, entre los que se suman las actividades sin fines de lucros que pueden desarrollar las provincias, municipios, universidades, etc. y la posibilidad de que esto genere una multiplicidad de voces.
Por último, dijo que ésta es una verdadera ley de la democracia por la que muchos sectores populares vienen luchando desde hace muchos años y que se plasmó en el documento base conocido como los 21 puntos.
A su turno, el periodista y escritor Carlos Del Frade sostuvo que la única ley de radiodifusión en democracia fue la Nº 14241 del año 1953 (basada en la constitución de 1949) que establecía que el espacio audiovisual es propiedad inalienable del pueblo. Por otra parte, remarcó que la derogada ley se aplicó solamente 3 años en dictadura y 26 años en democracia donde se le modificaron artículos que garantizaron aún más la concentración mediática. A continuación, Del Frade dio cuenta del poder económico que concentran los medios de comunicación ubicándose entre las 200 empresas que más venden en nuestro país con cifras que pueden alcanzar una facturación, como el grupo Clarín, de $2.959 por minutos, añadió además, que cuatro grupos empresarios: Telefónica, Uno, Clarín y Telmex (canal 9) manejan el 85 % de la información en la Argentina.
Por otra parte, el expositor consideró que en nuestro país no hay libertad de prensa en los medios privados debido a que el periodista es un trabajador y como tal, no puede elegir el destino de su producción que es la información. Los que más censuran – dijo- son los empresarios privados y no el estado.
“Cuando hablamos de medios de comunicación –añadió- hablamos de poder económico concentrado en pocas manos, por eso, cuando se habla de medios no se habla de información, de cuestiones culturales o de libertad de expresión, se habla del poder real económico de la Argentina”.
A continuación, el periodista entro en consideraciones sobre la nueva ley dando cuenta de la importancia del retiro de las telefónicas, por otra parte, dijo que el Art. 24 es uno de los más progresista por que habla de conocer de donde sacan los fondos los que van a explotar las frecuencias, pero a la vez, sostuvo que su aplicación no va a ser sencilla. Consideró que otro desafío es poner en la práctica el organismo de control del cual se lamenta por que solo va a funcionar en las ciudades con más de 500.000 habitantes.
Otro aspecto considerado en la ley, es la imposibilidad de que algún funcionario de la dictadura pueda ser licenciatario, haciendo la salvedad que el artículo no es retroactivo, motivo por el cual, muchos de los actuales dueños de medios que fueron cómplices de las mismas podrán seguir explotado las licencias.
Por ultimo, dio cuenta que en ningún articulado de la ley se hace mención a la regulación de la publicidad oficial ni privada afectando – sostiene – la posibilidad de que los licenciatarios, principalmente las organizaciones sociales, puedan sostener económicamente los nuevos emprendimientos audiovisuales.
Finalizadas las exposiciones, el moderador convocó a los asistentes a iniciar una ronda de preguntas donde, si bien, comenzaron a aparecer algunos interrogantes puntuales sobre la ley, paulatinamente las preguntas apuntaron a los posicionamientos ideológicos que tuvieron las distintas fuerzas en los destinos finales de la ley. En este aspecto, el debate generó nuevas líneas de análisis donde la ley de Servicios Audiovisuales fue contextualizada en el marco de discusiones políticas, sociales y económicas que atraviesan la historia argentina de las últimas décadas.